Archive for septiembre 2015

CHILE, EL INSOPORTABLE DEL VECINDARIO

septiembre 27, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en Las Últimas Noticias del 27 de septiembre de 2015)

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Corría la final de la Copa América y los argentinos frente al televisor no podían creerlo. “Es que no nos pueden ganar los chilenos”, decían algunos. Cuando Alexis hizo el penal definitorio, empezaron las teorías conspirativas. Había que buscar una forma de resolver la disonancia cognitiva de un pueblo que se piensa superior a su vecino. Cuando Chile perdió –parcialmente- frente a Perú en La Haya, fuimos nosotros los que nos pusimos en el lugar de Argentina: les echamos la culpa a los jueces, dijimos que sus fallos eran políticos. No éramos capaces de aceptar que sus argumentos habían sido mejores que los nuestros.

Algo parecido ocurrió esta semana cuando la misma Corte Internacional rechazó la excepción de competencia interpuesta por el estado chileno y dio curso a la demanda presentada por Bolivia. Nuestra manera de resolver la disonancia cognitiva fue más cruel. Estamos acostumbrados a reírnos de la mediterraneidad boliviana. Qué mejor que circular memes que los hicieran ver ridículos. Uno de ellos, ávidamente viralizado, mostraba un grupo de curvilíneas modelos en la playa de Reñaca. Abajo, en contraste, un grupo de mujeres bolivianas con trajes típicos chapoteaban en el mar. Racismo puro, disfrazado de humor. ¿Realmente creemos que las mujeres de nuestra patria son todas unas valkirias nórdicas como para adoptar ese aire de superioridad?

Nos hemos transformado en el nuevo rico del barrio. Nuestros vecinos tienen razón: somos prepotentes y agrandados. El día que tengamos las victorias deportivas de los argentinos, no nos va a aguantar ni la cordillera. Recuerdo cuando Chile perdía 2×0 en el Monumental de Buenos Aires en el debut eliminatorio de Bielsa. Cuando ya no había esperanza futbolística, la barra chilena comenzó a blandir sus billeteras hacia el público local, como diciendo “ahora somos nosotros los que tenemos plata, papá”. Para llorar.

Todos los sábados juego a la pelota con un grupo de hermanos latinoamericanos: peruanos, bolivianos, colombianos, ecuatorianos. Al terminar nos vamos al bar todos juntos. El humor es el mismo, la alegría es la misma, los códigos son los mismos. Somos mucho más parecidos de lo que algunos quisieran creer. Chile es un país mestizo donde la gran mayoría porta sangre indígena e inmigrante. Y vivimos en una patria enorme que va desde el Río Grande a Tierra del Fuego. Ojalá algún día nuestros nietos puedan recorrerla bajo el auspicio de acuerdos políticos, económicos y culturales que den cuenta de nuestra inteligencia y no de nuestra discriminación.

Link: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-09-27&NewsID=326097&BodyID=0&PaginaId=17

PIZARRO DEBIÓ QUEDARSE

septiembre 22, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en Las Últimas Noticias del 22 de septiembre de 2015)

Otra vez, chilenas y chilenos reaccionaron encabronados al saber de las andanzas de una figura política. Esta vez se trata del senador por Coquimbo, Jorge Pizarro, que en lugar de estar monitoreando el desastre que causó el reciente terremoto en su región se fue a Londres a seguir las alternativas del Mundial de Rugby. Aclaremos que Pizarro viajó con permiso del Congreso y no está haciendo la cimarra. Además, el presidente de la DC es un conocido fanático del rugby y seguramente estuvo planificando este evento familiar durante mucho tiempo. ¿Debería haber postergado esta importante cita planetaria –que se juega cada cuatro años- por atender a sus obligaciones políticas?

Probablemente, sí. Con el dolor de su alma deportiva, el senador Pizarro debió quedarse en la zona, sobre todo considerando que se trataba de su semana distrital, institución diseñada para que los congresistas se relacionen directamente con la realidad de su electorado. Es cierto que, en su rol de senador, es bien poco lo que Pizarro puede hacer. Es decir, su ausencia no es realmente problemática. Pero también es indesmentible que una autoridad de su investidura posee múltiples redes y recursos para colaborar en la catástrofe. No sólo se trata de relaciones públicas. Podría estar en labores de coordinación con autoridades locales y generando conocimiento de primera mano de problemas que luego podrían necesitar un correlato legislativo. Por último, la política tiene una dimensión simbólica que va más allá de las atribuciones jurídicas concretas del cargo. Los electores del norte chico lo han elegido una y otra vez –desde 1990 a la fecha- con abrumadoras mayorías. Si había un momento para ir en ayuda de esas personas, era éste. Si ello implicaba un sacrificio personal, mayor habría sido el mérito. La gente habría visto a un político poniendo los intereses de la gente por sobre los suyos propios, y eso habría sido lindo de ver en un escenario como el actual.

Sin embargo, tal como en el caso de las acusaciones por platas irregulares, Pizarro no se inmuta. La razón parece obvia: ya anunció que no iría a la reelección. Entonces no le importa (tanto) el castigo de la gente.

Link: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-09-22&NewsID=325714&BodyID=0&PaginaId=12

NO ESTAMOS TAN MAL

septiembre 21, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en Las Últimas Noticias del 21 de septiembre de 2015)

Las redes sociales se multiplicaron de memes celebrando el estoicismo nacional frente a un terremoto que en otros lares habría sido de un dramatismo desmoralizador. La prensa escrita informó que los servicios de emergencia respondieron a la altura y que fuimos capaces de movilizar un millón de compatriotas en unas pocas horas para arrancar del tsunami. La televisión documentó otras tantas historias de sobrevivencia, empuje y resiliencia. Los medios extranjeros se preguntaron –con curiosidad y admiración- por qué en Chile teníamos tan pocas víctimas fatales que lamentar ante tamaña catástrofe.

No es mi intención ponerme sentimental con esta columna. Llevo dos años fuera del país y es natural que experimente un dejo de nostalgia en esta fecha. Las fiestas patrias son la excusa perfecta para renovar amistades, sumar historias y recordar que somos parte de la misma comunidad. Lo que me interesa destacar es que el estado de la situación política, económica y social no es tan calamitoso como parece. O al menos que, con la perspectiva que da la distancia, Chile sigue siendo un buen país para vivir y no lo estamos estropeando tanto como algunos pájaros de mal agüero insisten con morbosidad. Algunos incluso han descendido a los infiernos de la irresponsabilidad sugiriendo que Michelle Bachelet no terminaría su mandato.

Es cierto que las instituciones tradicionales de la patria pasan por un pésimo momento de credibilidad, que el gobierno bate récords de desaprobación, que la economía anda a paso de tortuga y que la percepción de inseguridad ciudadana ha crecido. Al conversar todos los días de lo mismo con amigos, familiares y compañeros de trabajo, es natural que el pesimismo se retroalimente y refuerce colectivamente. Pero al salirse un poco de esa red de conversaciones contingentes, se ve la película en un contexto más amplio: la nuestra sigue siendo una historia reciente de éxito político y económico. Es común que los árboles no dejen ver el bosque. Pero ahí está el fresco despliegue de capital humano e institucional en Coquimbo y sus alrededores.

Un colega extranjero me comentó hace unos años que había quedado impresionado por nuestra respuesta ante la erupción del volcán Chaitén. Mientras en otros países latinoamericanos, los presidentes llegaban a la zona de la catástrofe con víveres que eran solicitados de regreso una vez que las cámaras de televisión se habían ido, en Chile nos habíamos dado el trabajo de montar un operativo para socorrer a las mascotas que quedaban en el área de riesgo. Sería iluso exigir al estado chileno que estuviera a la altura de los países nórdicos de la noche a la mañana. Pero también es incorrecto no reconocerle su capacidad institucional en el diseño de reglas, políticas públicas y relativa efectividad en terreno. No estamos tan mal, y esta es una buena fecha para recordarlo.

Link: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-09-21&NewsID=325628&BodyID=0&PaginaId=19

LIBERTARIOS Y SOCIALCRISTIANOS: EL ASEDIO IDEOLÓGICO A LA UDI

septiembre 20, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en revista Capital del 17 de septiembre de 2015)

Se está produciendo un fenómeno interesante en el lado derecho del espectro político, especialmente en torno a la gran familia gremialista. No tiene que ver con las acusaciones de irregularidades en campañas ni tampoco -por ahora- con sus expectativas electorales, sino que dice relación con una especie de sangría intelectual, lenta pero segura, que amenaza con hipotecar la base ideológica del partido que fundara Jaime Guzmán. Voy a ejemplificar esta sangría con la irrupción de dos movimientos paralelos y ya no tan subterráneos: por un lado, una corriente típicamente libertaria, y por el otro, una corriente auténticamente socialcristiana. Ambas han ganado tribuna en el último tiempo. Ambas criticas de la UDI. Ambas representan polos prácticamente irreconciliables al interior de la derecha chilena.

La corriente libertaria -o liberal clásica, como ellos prefieren- se encuentra bien representada en instituciones como la Fundación para el Progreso, financiada por Nicolás Ibáñez y dirigida por el activo polemista Axel Káiser. Entre sus más mediáticas incorporaciones se cuentan el ex parlamentario sueco Mauricio Rojas y el ex ministro de Cultura Roberto Ampuero. Además de Káiser, otros columnistas como Francisco Belmar y Jorge Gómez Arismendi ya poseen cierta tribuna estable en medios impresos y digitales. “La Tiranía de la Igualdad”, el último libro de Káiser con entusiasta patrocinio mercurial, es una buena síntesis de las ideas que predominan en este mundo. Aquí no sólo se cuestiona la legitimidad de los proyectos redistributivos que cautivan a la izquierda, sino que también se desconfía de los anhelos paternalistas o moralizadores del estado. En ese sentido se distancian del conservadurismo filo-autoritario de la UDI. Si bien le reconocen al gremialismo una preocupación instintiva por la libertad económica, le critican su débil defensa de la libertad en otros ámbitos de la vida social y política. A eso se refería el propio Belmar cuando en una controvertida opinión publicada en un vespertino capitalino, acusó al “nuevo referente” de la derecha de apropiarse indebidamente de la noción de liberalismo, la que según el autor debería entenderse siempre como un proyecto genuinamente ideológico y no se puede contener en un discurso esterilizado de gestión y problemas reales de la gente. Con Piñera tampoco van ni a misa: Káiser lo califica abiertamente como un presidente de centroizquierda. En una reciente entrevista radial ha indicado que si tuviera que elegir candidato lo haría por Andrés Velasco.

La corriente opuesta es la socialcristiana que representan distintos grupos más o menos articulados. Probablemente ya esté familiarizado con los nombres de Daniel Mansuy o Hugo Herrera. Ambos provienen de la UDI pero emigraron al mundo académico. El primero hizo su doctorado en Francia y el segundo en Alemania, por lo cual tienen una visión un poco más republicana y poco menos “neoliberal” de lo que podría ser una derecha en un contexto desarrollado. Ambos han sostenido que la esfera de la política debe gobernar al mercado, a diferencia de la ortodoxia de Chicago que considera que la economía se organiza espontáneamente y mientras menos intervenciones, mejor. Ambos también han hecho un llamado a recuperar otras tradiciones históricas de la derecha chilena, como la vertiente socialcristiana y la nacional-popular, que ayuden a moderar el discurso liberal imperante. En la misma línea, el director del Instituto Res Publica Jorge Acosta, ha señalado recientemente que “el paradigma de la centroderecha no puede ser la libertad”. Ésa es la misma narrativa que desde hace años promueve el centro de pensamiento IdeaPaís, fundado por Diego Schalper. Dicho grupo se ha ramificado: ahora cuenta con un brazo político (“Construye Sociedad”) y un semillero universitario (“Solidaridad”). El caso de Solidaridad en la UC es especialmente interesante para nuestro análisis: nacido de la costilla del Movimiento Gremial, en los últimos años le ha disputado con fiereza las elecciones de la FEUC. Sus coordenadas ideológicas son neo-falangistas: desarrollo humano integral por sobre uno meramente material, énfasis en la comunidad por sobre el individuo, y un rechazo a la premisa liberal de neutralidad estatal cuando se trata de promover un modelo de vida objetivamente buena. Si es por coherencia doctrinaria, su candidato presidencial debiera ser Manuel José Ossandón.

En resumen, los libertarios consideran que la UDI es muy poco liberal y los socialcristianos estiman que es demasiado liberal. Los primeros quieren menos estado. Los segundos quieren –eventualmente- que el estado asuma mayores responsabilidades. Los libertarios no tienen mayor inconveniente con legalizar la marihuana o dar luz verde al aborto. Para los socialcristianos eso no es una posibilidad. Ambos provienen de un crisol cultural y socioeconómico común, pero están en las antípodas ideológicas. Tanto así que es difícil imaginarlos en una misma coalición. En cualquier caso, son los socialcristianos los más activos cuando se trata de organizarse políticamente. Los liberales clásicos, por ahora, se conforman con influir desde las letras.

Lo relevante es que ambos pequeños mundos están creciendo a costa de una masa crítica que hace diez o quince años habría sido gremialista. Seguramente la UDI cobijó a jóvenes libertarios y socialcristianos bajo el mismo techo. Pero hoy no tiene sentido tocar el desprestigiado timbre de calle Suecia si se puede adquirir la versión ideológica químicamente pura por fuera.

Link: http://www.capital.cl/opinion/2015/09/17/090955-el-asedio-ideologico-a-la-udi

EL PROGRAMA Y LA PRESIDENTA: CUÁNTO ES CULPA DEL MENSAJE Y CUÁNTO DE LA MENSAJERA

septiembre 16, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en El Mostrador del 16 de septiembre de 2015)

El programa y la Presidenta: cuánto es culpa del mensaje y cuánto de la mensajera

La relación que hay entre el programa de gobierno y la presidenta Michelle Bachelet es la de un mensaje y su mensajera. La mensajera no escogió el mensaje. Estaba inscrito en el corazón del movimiento social que atormentó al ex mandatario Sebastián Piñera. Fue una partitura que se fue escribiendo marcha tras manifestación, que hablaba de amenazas contra el medioambiente, educación como un derecho y regiones abandonadas por el centralismo. Sus compositores estrella fueron Camila Vallejo e Iván Fuentes, nombres que llegaron a doler en La Moneda. Entonces llegaron los intelectuales, los Atria y los Mayol, a darle forma y narrativa a lo que estaba pasando, a lo que Chile estaba – ¡a gritos!- pidiendo. ¿Qué cosa? Básicamente revertir –o afectar sustantivamente- el modelo de desarrollo político, económico y social impuesto en dictadura.

Pero hacía falta un vehículo, una intérprete, una mensajera. A Michelle Bachelet le gustó como sonaba la canción. La melodía se ajustaba a su timbre de voz. Su gobierno anterior tuvo un sello protector, es cierto, pero no fue necesariamente transformador. Había llegado la feliz hora de esa militante socialista de convicciones a la izquierda de su partido. Un petitorio ambicioso no era un problema. Desde Chile le contaban que el horno sí estaba para bollos. Era cosa de volver y hacer la pega. Vini, Vidi, Vinci, quizás pensó. Una canción pegajosa y una intérprete popular, qué mejor combinación. Bachelet no solo contaba con capital carismático a nombre propio sino además con una coalición para ponerle el hombro a la tarea de gobernar.

Al principio hubo que ecualizar. Le tomo un poco de tiempo a la mensajera entender el compás del mensaje. En su primera aparición pública en suelo chileno, dijo que le parecía de entera justicia pagar la universidad de su hija si tenía los medios para hacerlo. Fue reconvenida por los autores de la canción: la gratuidad en educación superior no era negociable. Bachelet aceptó que su rol no era añadirle falsetes al programa, sino cantarlo tal cual. Por su parte, la vieja Concertación contribuyó ampliando su capacidad de convocatoria. Vallejos y Fuentes –niños símbolo del movimiento social-  corrieron bajo el inclusivo paraguas de la novel Nueva Mayoría. Dicen que la propia candidata presidencial intervino para que uno de los movimientos políticos nacidos al calor del 2011 –Revolución Democrática- llevara a su principal figura sin competencia en el distrito de Santiago. Mensaje y mensajera, simbióticamente coordinados.

El resto es historia: Bachelet ganó prácticamente caminando las elecciones presidenciales de 2013 y hoy está viviendo una situación complicada. Bastante complicada. La abandonaron los números –ésos que se desvivían por ella- y poco a poco la van abandonando sus propios camaradas. Lo realmente difícil es saber qué culpa tiene el mensaje y que cuota de responsabilidad le cabe a la mensajera, qué tal mala en la canción o qué tan desafinada en la intérprete.

Algunos creen que el mensaje viene fallado. Que los chilenos, en el fondo, no quieren –y nunca quisieron- un cambio radical de la estructura de incentivos sociales ni de las distribuciones geo-culturales de status. Que el modelo es perfectible –no hay nadie que celebre el abuso de los grandes contra los chicos- pero que las cosas que ya tenemos revelan cierta parte de nuestras preferencias reales. Que quizás sea cierto que la herencia de la dictadura caló hondo y echó raíces en nuestra manera de pensar, pero ya nos acostumbramos a vivir de ese modo y no es tan malo a fin de cuentas. Esta es una teoría que, obviamente, encuentra simpatías en la derecha: quiere decir que, independiente del intérprete, es la canción la podrida. De ahí la crítica de Piñera: no se trata de aminorar la velocidad de las reformas, sino de evitar las reformas. ¿Qué es eso de terminar con el financiamiento compartido? ¿Qué es eso de asesinar al FUT? ¿Se dimensiona acaso el efecto de las reformas en la economía? ¿Qué es eso de no aceptar el reemplazo en huelga? ¿Para qué diablos una nueva constitución? Etcétera.

Otros piensan que aquí falló, principalmente, el material humano. Chilenas y chilenos seguirían receptivos al mensaje, pero ya no le creen a la mensajera –que les rompió el corazón en el caso Caval y eso no tiene arreglo. La relación emotiva de Bachelet con la ciudadanía se emporcó definitivamente, especialmente con los más humildes de nuestros compatriotas. Si esta hipótesis es correcta, el descalabro del gobierno no tiene mucho que ver con la calidad de la canción sino con la calidad de la cantante. Y si el programa suena mal es porque cualquier cosa que cante ahora Bachelet recibirá las pifias de la platea. Por tanto es natural que algunas reformas emblemáticas prometidas en campaña hayan sufrido abollones en términos de aprobación ciudadana. Bien en el fondo, el programa gozaría de buena salud. La cancha continuaría bien abonada para El Otro Modelo. La gente seguiría apoyando el espíritu de los cambios en educación, sistema tributario, régimen laboral y andamiaje constitucional. El problema es que tienen mala fama pues la Presidenta está mufada, pringada, contaminada con el río de especulaciones, sospechas y medias verdades palaciegas. Lo que hay hacer, piensa este grupo, es salvar al programa para que sirva para otra guerra. Deshacer la simbiosis, antes que la maciza desaprobación presidencial hunda consigo a las reformas emblemáticas prometidas.

Esta última es la tesis que prefieren los movimientos de izquierda que trascienden la administración actual, aquellos que irrumpieron en tiempos de Piñera, aquellos que nunca se vieron a sí mismos como devotamente bacheletistas. Sería profundamente frustrante para estas nuevas generaciones progresistas que Chile fuera más conservador de lo pensado. Tendrían que aceptar que el apoyo mayoritario a causas como el matrimonio igualitario, el aborto (genéricamente) terapéutico y la relativa legalización del cannabis dice relación con una ciudadanía más liberal pero no necesariamente más socialista. Evidentemente, constatar esta realidad no implica quedarse de brazos cruzados. La política no sólo es llevar a la práctica lo que la gente quiere, sino también persuadir de las ideas que se estiman correctas.

La pregunta, sin embargo, se sostiene. Como es difícil entregar una respuesta concluyente con base cuantitativa, no nos queda más remedio que restringir la divagación al ámbito cualitativo: ¿A qué se debe –principalmente- la caída sostenida del gobierno? ¿Es un virus en el mensaje –un error de diagnóstico, como se dijo en las columnas mercuriales- o es un vicio emergente del mensajero –una herida accidental y familiarmente autoinfligida que no va a cicatrizar en el corto plazo?

Link: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2015/09/16/el-programa-y-la-presidenta-cuanto-es-culpa-del-mensaje-y-cuanto-de-la-mensajera/

EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS, EL TUERTO ES REY

septiembre 13, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en Las Últimas Noticias del 13 de septiembre de 2015)

La encuesta CEP conocida esta semana trae pocas novedades pero confirma varias tendencias. La primera y más resonante es el descalabro mayúsculo de la desaprobación presidencial. Nunca un primer mandatario había caído tan bajo en este casi mitológico termómetro ciudadano. El diputado socialista Osvaldo Andrade –que dijo que Chile no se merecía un presidente con un 35% de aprobación refiriéndose a Sebastián Piñera- debe estar tragándose sus palabras. No se le ha escuchado decir lo mismo de los 22 puntos de Michelle Bachelet. ¿Seguirá bajando? Es posible que haya tocado fondo. En ese par de decenas debería encontrarse su base más dura e incondicional.

La segunda información que subrayaron los medios es la expectante posición en la que se encuentra Marco Enríquez-Ominami, que al parecer no ha sido dañado por el caso SQM y las acusaciones que lo rodean. Para un político con aspiraciones presidenciales es fundamental desarrollar una especie de impermeabilidad a la contingencia. Su caso es parecido al del propio Piñera, que a pesar de ser mediáticamente multado por la SVS en 2007, no bajó su aprobación. Por el contrario, se mantuvo punteando la carrera hasta que la ganó dos años después. Su hipotética impermeabilidad, en cualquier caso, no ha sido testeada en situaciones límite, como podría serlo un eventual paseo por los tribunales de justicia.

Un dato interesante a considerar es que ME-O no ha mejorado sustancialmente sus niveles de evaluación positiva. Su 42% actual puede ser comparado con el 43% que obtuvo en la misma medición de abril, o incluso con el 50% del pasado noviembre. Le sirve para celebrar porque queda primero ante el desplome del resto de la clase política. En el país de los ciegos, el tuerto es rey. Por años, Bachelet fue la Roger Federer de la CEP, con cifras absurdamente abultadas. Hubo una época que Golborne también se elevaba con comodidad por sobre los 60 puntos. Que nuestro top ten político ande a patadas con los treinta puntos de evaluación positiva es preocupante.

¿Qué pasó con el resto? Ricardo Lagos Escobar prácticamente se mantiene, por lo que estamos lejos de la Lagosmanía que algunos parecen observar. Isabel Allende viene bajando (mala idea eso de presidir partidos si de ganar adhesiones se trata). Piñera desciende un punto mientras Ossandón baja tres, así es que la derecha no capitaliza nada. Velasco confirma que es una de las figuras más dañadas desde que comenzó el asunto de las platas campañeras: empezó este gobierno con 46 puntos buenos y ahora –por primera vez en muchos años- baja de treinta. Quizás lo único destacable sea lo de Giorgio Jackson, que irrumpe como el cuarto mejor evaluado con 40 puntos. Tendrá que administrarlos bien. Camila Vallejo puede presumir de haber marcado 44 en la misma medición a fines del 2011, y mucho de eso se evaporó.

Link: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-09-13&NewsID=324572&BodyID=0&PaginaId=15

LA CALLE ME HABLÓ, ME DIJO COSAS

septiembre 6, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en revista Capital del 4 septiembre de 2015)

Primera escena: la senadora Isabel Allende comenta “no niego que hay gente en la calle que me para y me dice: qué emoción, cómo nos gustaría, debería llegar un Allende a La Moneda”. Segunda escena: la propia Presidenta Bachelet confiesa “las personas siguen sacándose fotos y selfies conmigo”. Tercera escena: Ricardo Lagos Escobar afirma “la gente en la calle me dice oiga, vuelva usted para que por lo menos ponga orden”. Cuarta escena: el diputado PPD Jorge Tarud declara sus intenciones presidenciales agregando “cuando camino por las calles recibo permanentemente un apoyo transversal de la ciudadanía”. ¿Cómo se llama la película? La calle me habló… y me dijo cosas.

A diferencia de la canción de 31 Minutos, en este caso las políticas y los políticos en cuestión sí pueden repetir lo que la calle les dijo. Pero al igual que en la canción, parece que es cierto eso de “me habla sólo a mí”. Porque lo que dicen las encuestas de opinión es diferente. Si bien Isabel Allende y Ricardo Lagos son alternativas válidas en el mundo PS-PPD, ninguno se impone por adhesión ciudadana. Mucho menos Tarud. Enternece saber que la gente quiere tomarse selfies con la Presidenta, pero eso no puede llevarla al autoengaño respecto de su decaída posición política actual.  Llama la atención que políticos profesionales con tantos años de circo caigan en la trampita narcisista de creerse el cuento completo del veleidoso piropo callejero.

Pero no son los únicos que se han ofrecido para tan noble misión. Algunos ponen especial atención a los elogiosos comentarios de los camaradas. Así por ejemplo, el ex timonel de la DC y senador Ignacio Walker, aseguró que dentro de su partido se estaba barajando su nombre como opción presidencial. Llegado el momento, agregó, “yo estoy disponible”. Otro que manifestó su entusiasta disponibilidad es el senador RN Francisco Chahuán: “Ha sido el partido el que me ha sugerido la posibilidad de que yo pueda participar en una primaria presidencial. Lo he evaluado, y he tomado la decisión de que voy a competir”. El viejo Pánzer PS José Miguel Insulza habló en el mismo registro: “Yo estoy disponible para todas las cosas que la política llame a hacer”. En la UDI fueron más pudorosos: fue el diputado Ernesto Silva el que levantó la alternativa presidencial de su colega José Antonio Kast, así como de la senadora penquista Jacqueline Van Rysselberghe.

Partamos por lo básico: en pedir no hay engaño. La primera magistratura es el cargo más apetecido para aquellas y aquellos que participan en política. Por tanto, reconocerlo es un ejercicio de sinceridad. En segundo lugar, no es malo que haya especímenes políticos que se tengan fe y apunten alto. De lo contrario estaríamos condenados a repetirnos el plato eternamente entre una selecta casta de nombres con acreditada “estatura presidencial”. Los desafiantes juegan un rol clave para la democracia. En tercer lugar, no todas las entronizaciones presidenciales son por aclamación. A falta de fenómenos carismáticos, las nominaciones se ganan a punta de trabajo y una buena cuota de voluntarismo.

Lo que genera cierta incomodidad es que pretendan hacer pasar los comentarios recibidos en la feria (o en las redes sociales) como evidencia tangible de respaldo relevante. En efecto la calle habla y dice muchas cosas, pero muchas de ellas son contradictorias, insulares o sencillamente ininteligibles. La cuña “la gente me pide que sea candidato” no es prueba de nada.

¿Qué hacer con las palmaditas de los correligionarios? Tomarlas con cautela. Hoy en Chile, los militantes de un partido –cualquiera que sea- están lejos de representar sensibilidades mayoritarias. Son bichos raros que interpretan el mundo de una manera distinta al ciudadano ordinario. Tienen demasiadas velas en el entierro. Por cierto, ganarse a las bases es fundamental para aspirar a una carrera presidencial. Pero eso es distinto a quedarse con las voces dulces y hacerse el desentendido con las críticas.

El otro elemento a tomar en consideración es que los autoproclamados presidenciables tienen siempre una estrategia sub-óptima bajo la manga. Se trata de estrategias usualmente ocultas a la opinión pública, pero que funcionan como ejes motivacionales de los agentes políticos. Dicho de otra manera, están jugando póker. Por ejemplo, al pasarse tres pueblos, Tarud puede estar calculando que finalmente su partido lo compensará con un sillón senatorial. Probablemente, Chahuán piensa que al manifestar sus intenciones presidenciales está enviando un mensaje al ex presidente Piñera para que se pronuncie pronto respecto de sus planes. Si Piñera decide competir, Chahuán será el primero en abandonar la carrera y jurarle lealtad. Eso en política tiene un valor y gana premio. Lo de José Antonio Kast, por su parte, se entiende desde la necesidad que tiene el gremialismo de demostrar que no está presidencialmente muerto. Aunque no tiene ninguna posibilidad real, cumple con llevar las banderas del partido a la contienda. En política no se compite sólo para ganar, sino también cuando hay buenas razones para perder. Y en este juego exploratorio hacia La Moneda, nadie pierde realmente.

Link: http://www.capital.cl/opinion/2015/09/03/100938-la-calle-me-hablo-me-dijo-cosas

CONTROL DE IDENTIDAD: NECESIDAD POLÍTICA, PERO LAMENTABLE NOTICIA

septiembre 3, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en Las Últimas Noticias del 3 de septiembre de 2015)

Por unanimidad -al menos en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados- se aprobó el llamado proyecto de control preventivo de identidad, que para muchos es un retorno práctico al régimen de detención por sospecha. La verdad es que al Gobierno y al Congreso no les quedaba otra que darle en el gusto a la mayoría de la población que exige mano dura con la delincuencia. La inseguridad ciudadana aparece en todos los rankings como una de las preocupaciones centrales de los chilenos. Esas mismas encuestas señalan que la gente está de acuerdo con autorizar a las policías a exigir que cualquier persona acredite su identidad en la vía pública, ya sea con el objeto de revisar si tiene órdenes de detención pendientes o eventualmente de prevenir delitos.

Se entiende la necesidad política, pero la medida en sí misma es lamentable. Darle más poder al poder nunca ha sido una buena idea, al menos para aquellos que valoran las libertades individuales. El riesgo de abuso policial es evidente. Sin mencionar que este tipo de controles funciona en base a intuiciones discriminatorias. ¿A quién cree que van a parar los Carabineros? Al que tenga la mala suerte de parecer distinto, marginal, flaite, peligroso, foráneo en el barrio*. Todo esto sin mencionar el mal rato que van a pasar aquellas personas que sean detenidas y registradas de punta a cabo para saber en “qué andan”, procedimiento que puede ser humillante si el funcionario policial se pone pesado. Ni hablar de aquel pobre diablo que salga sin su carnet de identidad y sea –ni tan amablemente- conducido a la comisaría más cercana para acreditar su nombre y domicilio, lo que puede tomar unas cuantas horas… ¿Usted confía en el criterio de las fuerzas de orden? Pues yo no tanto.

¿Bajará la tasa de crímenes y delitos con esta medida? Poco probable. La evidencia no lo afirma. Pero aunque así fuese, queda la duda de si acaso el fin justifica los medios. Hay algunos sectores políticos que no le hacen asco al autoritarismo en el nombre del orden público y azuzados por el miedo. Era obvio que la derecha iba a cuadrarse con el proyecto (a fin de cuentas lo venía proponiendo desde tiempos de Hinzpeter). Llama la atención que los autodenominados progresistas hayan agachado el moño. Sin embargo, con la aprobación de Michelle Bachelet por los suelos, esta vez era recomendable legislar para la galería y rendirse al populismo penal.

Link: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-09-03&NewsID=323672&BodyID=0&PaginaId=18

* Recomiendo este lúcido artículo de una investigadora chilena al respecto: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-33992015000100008&lng=es&nrm=iso&tlng=es

A FULVIO LE LLUEVE SOBRE MOJADO

septiembre 2, 2015

por Cristóbal Bellolio (publicada en Las Últimas Noticias del 2 de septiembre de 2015)

Hace poco le descubrieron un cáncer a la tiroides al senador por Arica y Parinacota Fulvio Rossi. Recién operado y en plena convalecencia, le explotó otra bomba: el Fiscal Nacional Sabas Chahuán le pidió al Servicio Electoral aclarar si acaso el parlamentario socialista estaba recaudando fondos para campañas políticas dentro o fuera de la legalidad vigente. La sospecha viene de un correo electrónico que Rossi envió al ex Gerente General de SQM Patricio Contesse, donde el primero enumera una veintena de candidatas y candidatos que serían beneficiados con dineros de la empresa. En la misiva, Rossi se despide agradeciendo de antemano la contribución.

Vamos por parte. Primero, no sabemos si esas platas llegaron a destino o no. Uno de los involucrados dijo no haber pedido ni recibido un peso de SQM. Pero esos aportes pudieron ser canalizados a través de donaciones reservadas, que hoy son perfectamente legales. La filosofía detrás del mecanismo es que el beneficiado no conozca quien puso los billetes. Hoy sabemos que el sistema funcionaba más bien como una pantalla, pues en la práctica el candidato siempre sabía quién era el dueño de la plata. Aun así, es posible que Rossi haya operado con estricto cumplimiento a la ley y no es sabio apurarse a juzgar.

Ojalá el asunto terminara ahí para Fulvio. Pero no. Ante los ojos de la opinión pública, especialmente desde el caso Penta, cualquier político que aparezca enredado en líos de dineros entra automáticamente al club de los corruptos. Puede ser una condena excesivamente dura, pero así juzga una ciudadanía que perdió la paciencia. Por lo demás, el propio Rossi declaró hace unos meses que no tenía ninguna relación con SQM. Sus colegas lo bautizaron el “síndrome Ena”: acordarse después de ser pillado.

Eso no es todo. Queda una cuenta por saldar. No es legal sino exclusivamente política. En su propio partido y en sectores de la izquierda chilena no le perdonarán a Rossi –ni a ninguno de los otros políticos involucrados- haber ido a pedir plata a la empresa de Ponce Lerou, yerno de Pinochet. Les parece una aberración ética. Por supuesto, cuando se necesitan los fondos es recomendable ser pragmático. Pero eso no lo entiende el militante furioso que siente que sus dirigentes han abdicado de los valores socialistas.

Link: http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-09-02&NewsID=323556&BodyID=0&PaginaId=18